Un toque diferente!
De regreso al paisito, no me puede esperar mejor recibimiento que una llamada a mi celular invitándome a participar de un proyecto llamado "Ojos de Mujer" organizado por Daniel Fenoglio, el cual tenía como primer cometido acercar el 7mo. arte en zonas carenciadas y apartadas de los barrios de mayor actividad de Montevideo donde imaginar ir al cine es algo que directamente no es una posibilidad, y menos aún ver películas "not Hollywood made".
En este proyecto y tal como el nombre lo describe, en distintas fechas se proyectarían películas dirigidas por mujeres y luego de las mismas habría un espectáculo musical entre otras actividades (talleres relacionados con otras artes) que se desarrollarían también ese mismo día.
El sábado 29/11, fue Inés Saavedra la invitada de la noche en el barrio Andrés Deus y debo reconocer que iba con una gran incertidumbre ya que ni siquiera sabía donde quedaba ese barrio y si mi propuesta tan ciudadana podria gustar en ese lugar.
Y mayor fue mi sorpresa al encontrarme con una platea de niños!!!!
Sí, por lo menos 15 niños donde el mayor tendría 12 años, todos sentados en las primeras filas, delante de sus padres, esperando silenciosamente para ver el espectáculo.
No es que nunca hubiera asistido ningún niño a alguno de mis toques... pero toda una platea, jamás!
Lo primero que pensé fue, "bueno, cambio todo el repertorio y hago canciones de María Elena Walsh", pero casi enseguida me arrepiento de ver que la otra mitad del público eran sus padres y gente del barrio a los que seguramente sí pudieran gustarle mis canciones así que decidí continuar con el plan original.
Y no se si comenté alguna vez lo que me gustan los niños pero el asunto es que creo que ellos sí se dan cuenta porque tengo una conexión especial aún con desconocidos y una vez más corroboré que el camino es dejar que ellos sean los protagonistas, escuchándolos y jugando con ellos entre canción y canción.
Aún estoy esperando para editar el video de esa noche para que puedan ver lo mágico del toque de esa noche donde hubieron momentos en que se reían, me decían cosas, me aplaudían con silbidos y gritos incluídos y participaban activamente en mis canciones ya sea haciendo las palmas de candombe en la nueva versión de "Montevideo" como adivinando para quién estaba escrita "Luliluley".
Y los padres... pidiéndome un bis!
Y los niños... cantando algunos fragmentos de mis canciones cuando termina la actuación! ¿qué más se puede pedir?
No puede haber nada más hermoso que lograr conectarse con todo tipo de público a través de las canciones de uno, que en definitiva, son lo que llevo dentro y que tengo para dejar de regalo en mi paso por esta vida.
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