De las más de 300 solicitudes, un jurado especializado seleccionó 24 compositores (6 para cada laboratorio) y yo tuve la suerte de haber sido una de ellas.
Me tocó el laboratorio de Zaragoza ubicado en el Centro de Historias y el cual estuvo dirigido por José Nortes (productor de Coque Malla, Ariel Rot, Miguel Ríos y un largo etc), quien organizó las parejas por posible afinidad musical, y lo cierto es que dio en el clavo.
A mi me tocó trabajar con Ulises Hadjis, cantautor venezolano con quien por suerte compartíamos una estética muy similar, con gusto hacia lo imprevisible, la experimentación y también lo lúdico por decirlo de alguna manera.
Y digo "por suerte" ya que mi principal miedo (y también el de más de uno de los seleccionados), era el que se produjera la sinergia necesaria para hacer una canción con alguien a quien no conocés tanto en lo personal como en su manera de trabajar.
Y hablo de componer, que no es lo mismo que "colaborar". O sea, una cosa es hacer letra y música juntos y otra bien distinta hacer una versión/adaptación de una canción que ya está hecha para que participe otra persona como si la hubieran hecho juntos.
No conozco muchos cantautores que trabajen en parejas, no por lo menos en la etapa de gestación de la canción.
En mi caso personal, lo más natural es hacerlo en solitario porque mis canciones son una catársis de lo que vivo/siento y lo que hago lleva mi forma de expresarme letrística y musicalmente.
Justamente por eso también tenía ganas de hacer este laboratorio con el fin de experimentar otra forma de hacer canciones.
Y vuelvo a Nortes, qué visión! Para el lunes por la tarde, Ulises y yo ya teníamos nuestra primera canción y para el martes la segunda. Qué placer!
Para entonces ya sentíamos que hacía una vida que componíamos juntos, entonces se nos ocurrió cambiar de parejas para ver si podíamos lograr algo similar pero con alguien que NO compartiera nuestros códigos musicales.
Pero esta vez no fue tan fácil.
Es como pintar un cuadro a varias manos... ¿qué pasa si a uno le gustan los colores mates y al otros los brillos? ¿qué pasa si a uno le gustan los paisajes y al otro lo abstracto?
Es justamente allí donde vienen los dilemas... y yo NO creo en las negociaciones musicales. Creo que de eso sólo puede resultar un collage, no un cuadro. Por lo tanto, según mi visión, el tema pasa por encontrar el punto de encuentro para poder llegar a una canción que tenga cohesión y coherencia, como las que podríamos haber hecho en solitario.
Es que hay otro factor que cuenta y es que cuando llevás años haciendo canciones profesionalmente, ya tenés claro ciertas cosas que te gustan y que para ti son las que funcionan, ya sean en la melodía, en la progresión de acordes que construyen la armonía o incluso en la selección de las palabras de cada verso de la letra.
Es allí donde se da un "choque" de egos, absolutamente natural e inevitable y lo peor de todo, también absolutamente subjetivo. En la música no hay verdades absolutas pero cada uno tiene sus propias certezas musicales y cuando están en juego, lo lógico es que cada uno quiera ceñirse a ellas, a nuestra identidad musical.
Y el tema es la intensidad con la que lo vive cada uno. A mi se me va la vida en cada canción y así como disfruté a tope cada encuentro, también lo pasé muy mal en cada desencuentro. Una montaña rusa de emociones a lo largo de cada gestación.
Yo no he tenido hijos pero imagino que es algo similar que el desarreglo hormonal pero en lugar de estar repartido a lo largo de 9 meses, todo en un mismo día!
Lo único en lo que nos pusimos de acuerdo al comienzo fue una idea sobre la que podría versar la canción y en que teníamos que aprovechar el empaste de nuestras voces (de timbre dulce) pero pasaban las horas y nada.
Parece una tontería pero es como si alguien te dice que le muestres tus canciones y no le gusta ninguna. Aún sabiendo que "para gustos, colores", duele. Y lo mismo para el otro. Qué estrés!
Hasta que por fin, el milagro ocurre y encontramos un punto de partida que dispara la canción... cuyo transcurso fue igualmente complejo por esas diferencias estéticas y la fuerza de nuestras convicciones personales bien dispares.
Demoramos 2 días en terminar esa canción y lo cierto es que me encanta y que en ella conviven los 2 mundos armoniosamente.
En este punto tengo que nombrar y agradecer a otra persona que me dio la contención que necesité para no tirar la toalla y para no perder la perspectiva sintiéndome sapo de otro pozo: Marisa Nieto, la coordinadora del laboratorio. Gracias infinitas!
El sábado 15/11 fue la presentación de las 9 canciones que generamos entre los 6 y otras 12 de nuestro repertorio habitual en "La Campana de los Perdidos" de Zaragoza.
El silencio y el respeto del público fue tal, que los 9 estrenos fueron increíbles, como si lleváramos una vida cantándolas y tocándolas... es que en realidad para mi esa semana fue una vida o como diría una amiga "un gran hermano musical"! ;)
Todavía nos queda un re-encuentro en la Sala "Galileo Galilei" de Madrid el próximo 29/11 con el resto de los compositores de los demás laboratorios donde tocaremos todas las canciones que surgieron en nuestras "Semana de Autor".
Y estoy deseando, además de escuchar sus estrenos, también sus experiencias.
Tal como mencioné al comienzo, este post cuenta mi vivencia.
A partir de aquí te dejo lo que contó la prensa:
- http://fundacionsgae.org/story.php?id=1423
- http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/escenarios/seis-musicos-componen-zaragoza-concierto-unico_984002.html
- http://www.heraldo.es/noticias/ocio_cultura/cultura/2014/11/12/seis_autores_reunen_zaragoza_para_componer_juntos_doce_temas_musicales_321751_308.html
- http://www.telecinco.es/informativos/laboratorio-Fundacion-SGAE-Zaragoza-concierto_0_1892625022.html
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